Esta semana hemos ido a vacunar a nuestro peke, y la verdad es que se portó como un campeón. Después de lo mal que lo pasó la primera vez, yo pensaba que iba a ser igual, y ya estaba hasta nerviosa!! Pero para nada, además el trato que tienen con el niño en el hospital es muy bueno. Y sí, he dicho hospital y no ambulatorio, porque las vacunas no se las pone su pediatra. Por qué? me preguntaréis, pues muy sencillo. Nos habían escogido para hacer un estudio con las vacunas y hemos aceptado. No es un estudio experimental, no lo hubiera permitido, sino un estudio que obliga la Agencia Española de medicamentos. Me explico mejor:
Según nos contó el pediatra director del estudio, en España existe una casa farmacéutica que tiene el monopolio en la distribución de vacunas, pero hay otra casa que también las quiere vender. Pues para que le autoricen su venta, es necesario hacer un estudio. Este ya se hizo a nivel europeo pero la Agencia Española le exige uno específico de nuestro país. Lo que nos ha tranquilizado es, que estas vacunas ya están siendo usadas en otros países, y en el nuestro, el estudio ya lleva tiempo realizándose (como ya sabemos a Galicia las cosas llegan más tarde...) y no ha habido ningún problema. De hecho se está demostrando que tienen menos efectos secundarios.
La cuestión es que nos han elegido, bueno a nuestro pekeño, por la fecha en que nació y cumplir una serie de requisitos. Lo único que tenemos que hacer es un seguimiento exhaustivo de las posibles reacciones. De esta manera, el primer día ya nos dieron una carpeta con, un diario para cubrir, una regla y un termómetro. Durante los 7 días después de los pinchazos tenemos que tomarle la temperatura cada noche, y controlar la zona donde tuvo los pinchazos, midiendo las posibles rojeces que pudiera tener (de ahí la regla), además de anotar todo lo relacionado con el sueño, si estuvo irritable, si comía bien... E incluso si tuvimos que ir al pediatra en el tiempo que pasó entre vacuna y vacuna (sin contar los controles de salud). La verdad es que es un trabajo laborioso para nosotros, pero a cambio, le suministran también la vacuna del rotavirus, que como ya sabéis, si queremos ponérsela hay que comprarla, ya que no entra por la seguridad social.
Otras cosas interesantes? Pues que a parte de ponérselas le hacen una revisión, la vacuna es totalmente personalizada con su propio número identificativo (no cogen una al tuntun de la nevera, como nos contó el director), nos llaman para saber cómo va el bebé a los 2 y 7 días, y además siguen el protocolo vacunal a rajatabla. Por ejemplo, sabíais que después de suministrar una vacuna, el paciente debe estar en observación un mínimo de media hora? Pues esto se debe hacer por si surge cualquier tipo de reacción alérgica al medicamento, y en los ambulatorios te la ponen y ala, para casa! Aquí no, esperamos su media hora y una vez pasada, le vuelven a tomar la temperatura y revisan los pinchazos.
Así que a pesar de las dudas iniciales, ahora mismo estamos muy contentos, sobre todo con el trato recibido y las miles de explicaciones que nos dieron, ya que en la charla de explicación preguntamos de todo, de tal manera que estuvimos allí dentro como unas 3 horas...
Y vuestros niños han participado en algún estudio? Qué os ha parecido?
foto vía google |
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