Seguimos con el testimonio de esta chica que nos está contanto su experiencia con la infertilidad. Si te has perdido las partes anteriores las puedes leer aquí:
"Empezamos con el médico de cabecera, pasamos al ginecólogo del
ambulatorio, luego a los ginecólogos especialistas en fertilidad, para ir a
otro especialista y que nos digan que este tipo de tratamiento no se hace ahí.
La única opción que había era que nos derivaran al privado , subvencionado por
la Seguridad Social.
Aquí nos dijo la clínica en la que se solía hacer, pero que había
la opción de otra con la que estaban empezando a trabajar. Y resultó que era el
hospital primero que habíamos ido, el que nos gustara tanto!! Pedimos en un
informe si nos podían derivar a él, a pesar que no era lo habitual. Aún así nos
decían que aún quedaba más de un año para que nos llamaran…
Pasaron unos meses (dos para ser exactos) y de repente suena el
teléfono y nos llaman, que ya tenemos cita . No puede ser, ¿tan pronto? Será
para ver qué pasa y luego otra vez esperar…
Pero no, como ya habíamos hecho todas las pruebas ahí, estaba todo
cubierto y en marcha!
Eso sí, nos volvieron a explicar todo. Lo que más nos preocupaba
era el tema de la donante . Elegían a un chica jovencita, de unos 20 años y con
características físicas lo más parecidas a mí, hasta les tuve que dejar una
foto, normalmente universitaria y por supuesto, sin ningún antecedente de
enfermedades “importantes”.
Salimos muy contentos de allí, y por supuesto, nada más llegar a
casa me metí en el foro. Resultó que había una chica de una ciudad próxima a la
mía que llevaba más de un año esperando por una donante, y que la cosa iba para
largo… Así que decepción de nuevo…
Mientras tanto me dieron una medicación para ir preparando mi
cuerpo, y provocar las reglas. Pasó como un mes y nos llamaron de nuevo, ya hay
donante!! Casi me da algo, ¿tan pronto? Tuvimos que ir de nuevo a una cita y hacerme
un análisis. Además coincidíamos en ciclo la donante y yo, por lo que la
transferencia se iba a poder hacer en fresco , es decir, sacarían los ovocitos
de la donante, se fecundarían y a los 3 días me los transferirían.
Cuando volvimos para ver los resultados de los análisis, resultó
que tenía la hormona tiroidea descontrolada, así que hasta que se regulara no
se podía hacer transferencia (bajón total), por lo que los embriones se iban a
congelar.
La cuestión es que para regular la tiroides , tuve que volver al
médico de cabecera, me pusieran a tratamiento y esperar a que funcionara. Yo
supuse que en un mes la cosa funcionaría, pero resulta que para ver los
resultados hay que esperar 6 meses (estás de coña no??) pero por ser algo así,
repetiríamos analítica al mes y ver cómo estaba la cosa.
Mientras tanto, la donante se tendría que medicar, para ayudar a
que su cuerpo cree más ovocitos de los habituales, y así tener más
posibilidades. Esa medicación la teníamos que pedir nosotros a la SS y entregarla en el privado,
pero para ir adelantando, se la iban a administrar ya ellos, y la que le
diéramos quedaría en su farmacia.
Nos presentamos en el hospital correspondiente con el informe de
las medicaciones que necesitábamos, y nos dijeron que con eso no nos podían dar
nada, que necesitábamos una carta certificada de la SS en la que nos concedían
el tratamiento .
Qué carta? De qué me estás hablando? Pues resulta que sin esa
carta todo nuestro tratamiento no existía, así que de repente me vi en el fondo
de un hoyo… Corre a una oficina, corre a la unidad de fertilidad, y por favor
házmelo rápido que hoy justo HOY le hacen la punción a la donante y mi marido
tiene que entregar HOY la medicación y su muestra de esperma. Nos quedaba como
una media hora, yo en la oficina llorando, y le di tanta pena a la
administrativa que removió cielo y tierra por mí, y justo 5 minutos antes de
tener que estar en la otra punta de la ciudad entregándolo todo, nos consiguen
esa maldita carta que se había perdido de camino a nuestra casa.
Con ella corriendo a la farmacia del hospital, cola, espera, mi
marido ya de camino corriendo (literalmente) a dejar sus “bichitos” en el otro
hospital, y yo esperando por los medicamentos. Acabo y salgo corriendo para el
otro lado y entregarlos… Menuda mañana, pero todo conseguido.
Sólo nos quedaban dos cosas, ver cómo había salido la punción de
la donante, y esperar haber qué pasaba con mi tiroides…
Resulta que de la donante se habían extraído 18 ovocitos y se
fecundaron TODOS. Pasados 2 días sólo quedaban 15 y pasados 5 nos quedamos con
7: 3 eran blastos (de 5 días, se supone que de mejor calidad) y 4 de 2 días. Es
decir 7 en total, una barbaridad, porque por lo que había leído, lo normal eran
3-4, e incluso muchas veces ninguno.
Ahora mi tiroides… Hicimos analítica y ya estaba bien, perfecto!!
Medicación para conseguir una regla y a los 10 días comprobar si mi útero
estaba bien para transferencia. Pasa 1 semana y de nuevo me baja la regla ¡mierda!
Todo tiene que pasarme o qué?? Corre haber qué pasa, y no hay explicación… Contamos
como si fuera una regla normal, en 10 días vuelves y haber cómo está la cosa.
Pasan 10 días y volvemos un jueves. Me miran y todo perfecto,
lunes transferencia . Nervios nervios y más nervios… "
Y sí, hay una parte más, pero ya la última para que sepas cómo acaba.
Como sabes esta historia pertenece a la nueva sección del blog ¿Quieres contar algo? Si tú también tienes algo que contar, necesitas respuestas sobre algo, no dudes en ponerte en contacto conmigo, y vemos cómo lo publicamos.